miércoles, 18 de febrero de 2009

... de la Crisis económica!

Como en otras ocasiones los medios en su afán de generar más ventas y mayor “rating”, empezaron a ver la amenaza de la crisis como la súper noticia para hacerlo. A sus dueños les salió el tiro por la culata, pues sus propios clientes redujeron sustancialmente su facturación publicitaria, sumándolos a ellos a la crisis (no vieron el cambio dramático en el enfoque de canal 7 -Telenoticias- de la semana pasada).

En el caso de Costa Rica, la crisis de Los Estados Unidos y del primer mundo la afecta de forma directa e indirecta, pero en ningún modo significaba el fin del mundo. Esto por cuanto a diferencia de dichas economías gigantescas y abiertas (desregularizadas), la nuestra es una economía con regulaciones por parte del estado, que provee un “colchón” al sector financiero inexistente en las bolsas accionarias. Por esto, me parece un enorme error señalar como nuestros, los peligros de dichas economías (nada mas lejano de la realidad) provocando un ambiente de desestimulo al consumo, especialmente interno, lo que pone en jaque al sector privado tanto comercial como productivo. La atención de la crisis económica internacional en sus efectos en Costa Rica debe centrarse en apoyar a los sectores que son directamente afectados en su demanda: el exportador en general, pero de manera especial el agro, y el turismo -primer fuente de divisas del país-. Este último el más afectado, pues basamos nuestra oferta a los países justamente en recesión, provocando desde octubre una caída de casi un 20% en la demanda y cancelación de reservaciones.

La solución para ambos está en la diversificación de la oferta a terceros mercados. En especial a mercados de economías mixtas y reguladas como son las de nuestros vecinos latinoamericanos. Así mismo, el caso del turismo puede volcar sus ojos al turismo interno, que este sector ha mantenido relegado en sus últimas décadas de vacas gordas.

Volviendo al caso del problema de decrecimiento del consumo, este crea más que un círculo vicioso una espiral que crearía como resultado más grave la recesión económica. Comparto algunas tesis de varios economistas, como es el caso del ex liberacionista y gran socialdemócrata keynesiano Juan Manuel Villasuso, en la necesidad de cambiar el sistema de bandas para una mejor regulación del sistema cambiario, a uno bajo el que se pueda controlar mejor el proceso inflacionario. No coincido eso sí, con la tesis de este economista con la reducción o eliminación temporal de las tasas de impuestos de ventas y/o consumo, pues estas son determinantes en el financiamiento en inversión social y obra pública del gobierno. Esto sería igual a una propuesta de permitir a los empresarios de reducir o eliminar temporalmente el aporte a la CCSS, para que no despidan a los empleados, es totalmente inviable.

Soy más de la tesis de reducción o eliminación de tasas arancelarias o impositivas a insumos de producción importados y a impuestos de consumo sobre costos operativos como la electricidad, y a la reducción temporal de la tasa del impuestos sobre la renta, especialmente de forma escalonada de acuerdo al tamaño de las empresas. De esta manera se incide positivamente en los costos operativos y productivos de las empresas, pero no desfinanciamos en especial a los programas de inversión social del gobierno.

El plan Escudo del Gobierno de la administración Arias toca muchos de estos puntos. Pero debemos apoyar, fortalecer y aportar a nuestro gobierno en especial los que estamos en el sector privado. Como profesional liberal y micro empresario, me toca innovar y ver con buenos ojos las bases que nos dejó el modelo de desarrollo socioeconómico que don Pepe, don Daniel y don Oscar Arias, entre muchos otros grandes liberacionistas, para sortear esta crisis, pero nos toca aportarle la actualización y acondicionamiento a las nevas circunstancias de el mundo globalizado, que nos hace compartir más las crisis que la riqueza con el resto del mundo.