lunes, 14 de enero de 2013

Las tentaciones en la socialdemocracia

A propósito del devenir de eventos políticos internos dentro del Partido Liberación Nacional y en el país, algunos de hace ya unos años, como la aparición del PAC, fenómeno producto de la renuncia al partido de algunos liberacionistas y que originalmente se presentó como un “verdadero partido socialdemócrata tradicional”; y otros muy recientes como la propuesta del “Arayismo” y otros grupos cercanos al otrora “Mongismo” y al actual “Berrocalismo” (con sus posturas a lo “¿te vas a dejar?”) de “rescatar la socialdemocracia dentro del PLN” y, de manera especial, la propuesta de “Vía Costarricense” del ex presidente Figueres; me ha hecho iniciar este ejercicio personal para ordenar ideas y posiciones ideológicas y así tratar de calmar mis propias inquietudes, mis demonios y espero me ayude a dimensionar… para donde “coger”...

Retrospectiva de la Socialdemocracia
Desde sus inicios, la socialdemocracia se distanció de otras corrientes filosófico-políticas, por su pragmatismo. La crítica inicial de Bernstein al comunismo marxista, no solo por los métodos propuestos para alcanzar el poder y ejercerlo, sino por el fondo de la discusión de la repartición de la riqueza y la participación del individuo frente al estado, marcaron definitivamente ese distanciamiento. La propuesta del considerado padre del socialismo democrático, se resume en dos premisas ligadas entre sí: la necesidad de crear riqueza para poder repartirla, por medio de la libertad individual y de empresa, así como una participación activa del estado (con fuertes bases democráticas de participación ciudadana) como REGULADOR de la economía por medio de la inversión de los impuestos a manera de gasto social, para asegurar la distribución justa. El pragmatismo se vio reflejado en su promoción de definir el énfasis productivo y las reglas de mercado, de acuerdo a las circunstancias específicas del momento.

Nuevas Corrientes y la aparición de las “tentaciones”
¿Por qué las llamo tentaciones?, pues porque son cosas que sabemos a conciencia que están mal, o que deliberadamente me van a favorecer a mí y, en el caso del funcionario público, no al colectivo.

Del Siglo XIX, donde apareció, al Siglo XX, especialmente después de la segunda guerra mundial, se perfeccionaron y desarrollaron las nuevas premisas dentro del progresismo o socialdemocracia, especialmente con el laborismo inglés. Pero es en el propio partido laborista inglés que empezamos a ver las “tentaciones” del pragmatismo socialdemócrata, específicamente con las ideas impulsadas a partir de los 80´s y 90´s, y al alcanzar el puesto de Primer Ministro, las medidas tomadas por Tony Blair y su “tercera vía”. Estas ideas consistieron en tratar de combinar dos posturas antagónicas, el socialismo con el liberalismo tradicional, con muy malos resultados a la larga, que incluyen la actual crisis económica y política de la Unión Europea y en el resto del mundo.
Como dice este artículo que me encontré en la red: “En realidad, los ideólogos de la tercera vía se han alineado con el mayor movimiento de fusiones corporativas de la historia, dirigido a aumentar la concentración de poder económico en un decreciente y pequeño grupo de monopolios gigantes. Por eso, actualmente, esta alternativa reproduce y refuerza las políticas neoliberales de la vieja derecha y, peor aún, se ha apoderado de los instrumentos del poder para subordinar las bases trabajadoras a los nuevos capitalistas del libre mercado.”
(Desconozco el autor http://www.portalplanetasedna.com.ar/conceptos4.htm)

Otras tentaciones que aparecieron son la necesidad de parte de la nueva clase política de dar limosnas a los pobres, pues como dice Helder Cámara “Cuando le doy pan a un pobre, me llaman santo. Cuando pregunto por qué un pobre no tiene pan, me llaman comunista” y esto asusta a muchos políticos.

La explicación a este fenómeno, puede ser simplemente corrupción (el llamado clientelismo político) y/o, para mí la verdadera causa, la falta de ideas y liderazgo.

Por ejemplo, ¿es mejor dar una simple subvención para evitar la deserción escolar a diseñar e implementar una revolución profunda en nuestro sistema educativo costarricense? Otro ejemplo, ¿Fue el ICE a sus inicios un problema? La respuesta a estas interrogantes es una: NO.

La diferencia es que en la Costa Rica de hace 60 años se contaba con el liderazgo y la planificación efectiva de gente como Jorge Manuel Dengo y don Pepe Figueres, sólo para dar unos nombres en el caso del proyecto ICE, que trazaron una alternativa seria, eficiente y manejada directamente desde el estado, desarrollando un proyecto “País” con propósito, metas y objetivos claros.

La nueva gran tentación de los defensores de lo que llaman “socialdemocracia remozada” o “moderna”, es la privatización de los servicios del estado, en lugar de su renovación o mejor implementación. Ojo, que no nos debemos dejar llevar a extremos, pues yo defiendo instrumentos válidos, y eficientes, probados en todo el mundo, como la Concesión de Obra Pública, la administración de proyectos por Fideicomiso, o la creación de empresas de capital mixto auditadas por el estado y la Contraloría General de La República. Pero de eso, a, por ejemplo, “comprar” servicios de salud de atención primaria para evitar la crisis financiera y administrativa de la CCSS, o ceder los programas sociales a asociaciones privadas para disminuir el déficit fiscal,  es otro mundo.

¿Qué nos espera?:
Pues, o seguir cayendo en tentaciones que nos van a seguir llevando de fracaso en fracaso, sea porque sólo sirven a intereses corporativos o individuales, o porque Dios nos sigue contestando la oración que hacemos diariamente en el Padre Nuestro “… no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal”…

O, por el contrario, plantearnos seguir liderazgos fuertes y serios, que nos presentan las circunstancias políticas de hoy. Uno en lo electoral, con un respaldo popular espontáneo, reflejado en las encuestas en el caso del ingeniero Johnny Araya Monge, y otro un ámbito nacional, que trasciende lo político-electoral, de un líder mundial de la estatura de José María Figueres Olsen. Este último, por herencia genética, un líder innato, con voz de mando y carácter fuerte, pero sin demagogias populistas.

A nosotros nos toca escoger…