lunes, 16 de julio de 2012

Del Gobierno de doña Laura y otros pensamientos sueltos

POR JOSESO.
José Solano S.
No recuerdo que en las aulas, fuera en la Universidad de Costa Rica, o en las de Administración de Empresas, en otras centros de estudio, nadie me enseñara tan bien la diferencia entre Administrar y Gobernar, como lo hizo don Pepe en sus “Cartas a un Ciudadano” y en su vida de estadista.

Dice don Pepe que la diferencia de ambas estriba en que Administrar es “dirigir el funcionamiento diario de los organismos públicos, tal cual se maneja una empresa particular o un negocio de tamaño grande”, mientras que explica que gobernar es “encauzar el esfuerzo nacional hacia la formación de una Patria mejor, constituida por ciudadanos mejores, y que proporcione a sus hijos un ámbito de vida mejor”.

Bajo esta sencilla, pero sabia premisa, propia de don Pepe, es que me gustaría analizar la administración y el gobierno de doña Laura Chinchilla, pero sin perder de vista que el mundo no empezó con doña Laura, sino que muchas de las cosas acaecidas recientemente tienen que ver con la herencia de los gobiernos anteriores.

Antes de entrar en más detalles, también es importante mencionar que las acciones de gobierno y las administraciones públicas, que devienen en la coyuntura actual, no tienen que circunscribirse solamente en torno al poder Ejecutivo, sino en las acciones administrativas de este sumadas a las labores y decisiones de gobierno, que deben, en buena teoría, salir de la Asamblea Legislativa, Primer Poder de la República, que tiene como su principal atribución la creación del marco legal y político, para darle el rumbo al país.

Ahora sí, con el panorama completo, empiezo a divagar en mis pensamientos, anhelos y temores.

Capacidad administrativa
Doña Laura es Politóloga, con posgrados en Administración Pública. Eso le da la experiencia académica para asegurar, en primera instancia el ser una buena administradora. Sin embargo, existen interrogantes relevantes a ser consideradas.

Primero, tienen los presidentes del país la capacidad de escoger a su equipo de trabajo. Quienes hemos tenido la experiencia de asumir una empresa en funcionamiento, nos hemos encontrado la necesidad de ir relevando el equipo humano que encontramos al asumir el control por muy diversos factores que tienen que ver con nuestra visión, estilo de trabajo y confianza, entre muchos otros.

En el caso de un gobierno, esa capacidad se ve realmente disminuida por razones tanto de legalidad como de oportunidad, lo que no es menester desarrollar en este artículo de opinión, pues sería necesario hacer una publicación mucho más larga para desarrollar en profundidad adecuada el tema.

El hecho es que no se puede llegar a cambiar a todo el equipo de trabajo, entonces esto necesariamente obliga al presidente a tomar decisiones correctas en la escogencia de su equipo de trabajo, en aquellos puestos que, por su carácter de nombramiento político, sí puede escoger.

Los directores o jefes de cada departamento administrativo del ejecutivo son los ministros. Haciendo un análisis de lo que ha pasado hasta ahora, podemos sacar la conclusión que hubo aciertos y desaciertos en el equipo. Lo que habrá que preguntar a quienes tienen la posibilidad de conocer a lo interno información cierta, es si los desaciertos se deben a la falta de liderazgo y planeamiento desde Zapote, o por incapacidad propia de los ministros nombrados.

En todos los gobiernos hay cambios, pero en este ha sido palpable la falta de sinergia entre los ministros. La desarticulación es evidente en crisis como la reciente en el caso de Vía 1856, conocida como “La Trocha”. Incluso, con acusaciones entre jerarcas de instituciones, marcan la prueba de que no hubo capacidad de coordinación interinstitucional.

Capacidad para gobernar
Seguimos citando a don Pepe, cuando reflexionando de lo que significa gobernar, escribió: “Estudiar las causas de los males nacionales, concebir planes para remediarlos, crear las instituciones necesarias, y fomentar las costumbres más deseables, es gobernar bien”.
¿Qué podemos identificar de estas características de buen gobierno en la actual administración Chinchilla Miranda?

Acá quiero hacer una parada que nos sirva de base de análisis: el programa estrella, y principal promesa de campaña, de la presidenta es, sin duda, La Red de Cuido de infantes y adulto mayor. Es innegable su intención y fundamentación ideológica netamente socialdemócrata. Sin embargo, al ver pasados más de dos años de su llegada al poder, tenemos un innegable poco significativo avance de este. ¿Por qué? ¿Surgió de un estudio profundo de la problemática nacional?

En lo personal apoyé la promesa de la presidenta, presentamos mociones en el gobierno local donde trabajamos como regidores, para su implementación en el cantón que representamos, pero yo me pregunto si no se consideraron medidas macro que atacara más a fondo un proyecto país, un modelo de desarrollo agotado hace décadas, planteado en su momento por Liberación Nacional y los sectores sociales, pero que don Pepe mismo definió para 30 años, y eso data de finales de los años 40.

Retrospectivamente, tenemos como el país definió que el estado debía garantizar el desarrollo económico social controlando y creando proyectos e instituciones que proveyeran las oportunidades y la creación y repartición de riqueza. Se hizo entonces un plan de desarrollo, con medidas pertinentes y sincronizadas, como la nacionalización de la banca, con la intención de ponerla al servicio de financiamiento de proyectos como la creación del ICE (garantizando la cobertura de todo el país de la energía eléctrica, vital para la producción), infraestructura vial para asegurar la manera de sacar la producción agrícola, tanto hacia los mercados internos como a los puertos para su exportación, nacionalización de los seguros y acceso a atención médica (INS), que brindaran tranquilidad e incentivaran de igual forma a los trabajadores públicos y privados a concentrarse en su productividad, la creación de una infraestructura de atención básica a los sectores sociales vulnerables (Asignaciones Familiares, IMAS, IDA, Comedores Escolares, llegando hasta la creación de los EBAIS, en la administración Figueres Olsen, como el último de estos grandes proyectos), etc.

Esto, contrastado a medidas aisladas, como la Red de Cuido de hoy, o el programa Avancemos o el mejoramiento de las pensiones del régimen no contributivo, en gobiernos anteriores, son nada más que buenas intenciones y nos deja la falta de articulación entre estos esfuerzos. ¿No será necesario acaso que un programa para que las madres solteras puedan trabajar, tenga otro paralelo que cree las ofertas de trabajo para estas madres? ¿Se estudió acaso no como se iban a financiar estos programas, no sólo para iniciarlos, sino del como se iban a sostener en el tiempo? Parece que no, pues estos no se establecieron por ley, sino por medio de decretos ejecutivos, lo que los deja a merced de la voluntad política del gobernante de turno.

Si nos vamos más atrás, en los gobiernos de oposición al único partido en el pasado programático del país, el PLN, no encontramos nada de nada, salvo proyectos totalmente desechables y que escondían favorecimientos personales y a sectores específicos, como fue el famoso Combo del ICE.

Algunas conclusiones
Esto nos lleva a cuestionar porqué, si ahora tenemos una economía diversificada e insertada en la dinámica propia de la globalización, y tenemos gente con muchos mayores recursos académicos y roce internacional en el gobierno, no se da. Pues la respuesta a esa pregunta nos debe llevar a la conclusión de la ausencia de liderazgo, a la necesidad de un estadista o líder que proponga un proyecto país. Una idea que convoque a los sectores productivos, sociales, financieros, medios de comunicación, etc. que nos haga entender que si no logramos ponernos de acuerdo en lograr un proyecto serio, estructurado y que nos haga jalar a todos para el mismo lado, pues el país seguirá a la deriva y todos estaremos tarde o temprano, enfrentando las crisis como las de Europa o el mismo Estados Unidos.

¡O jalamos todos para el mismo lado, o nos lleva el diablo!